El perro guardián ya no tiene dientes

Escrito por1001 Medios

15 Jun, 2020

El Periodismo como excusa sirve para explicar todo lo que no es Periodismo. O peor. Todo lo que no debería serlo. En las series de televisión dedicadas al viejo oficio la pregunta se divide en dos: ¿Son series sobre Periodismo o son series sobre periodistas? La respuesta nos puede llevar por el buen camino o por el mal camino. Recurriremos por tanto a YouTube, sana competencia de las series de televisión (y de Internet), dicho sea de paso.

Dentro vídeo 1:

Se abre el telón y aparece Jimmy McNulty  intentando llamar por un teléfono fijo dentro de un bar. Está completamente trompa a la par que divertido. Pide una última ronda y promete al camarero, que es su íntimo amigo, que ha pedido un taxi. La siguiente escena rompe con la anterior y aparece McNulty en su coche, toma una curva y se empotra patosamente contra la columna de un viaducto. Daños sin importancia, pero nuestro McNulty se mosquea, sale del coche, toma las medidas, echa marcha atrás y lo vuelve a intentar. Se la pega de nuevo. En la siguiente escena McNulty aparece en la típica cafetería yanqui pidiendo unos huevos revueltos. Cuando le pregunta a  la camarera por el menú ella le responde que “puedes coger todo lo que quieras”. Efectivamente, en la última escena aparece McNulty echando un polvo con la camarera”.

Las cuatro escenas consecutivas anteriores corresponden al comienzo de The Wire, serie mítica. Y McNulty, para nuestra desgracia, no es periodista sino un simple policía. Pero, puestos a tejer clichés y estereotipos, es el personaje de las series que más se parece a un periodista aunque sea un policía estúpido y testarudo. Y claro, así nos va al Periodismo y a los periodistas porque, los periodistas, y el Periodismo, somos y es otra cosa. 

Ya tenemos la primera conclusión. Las series sobre Periodismo no son series sobre Periodismo sino series sobre periodistas. Y, además, los policías se parecen más a los periodistas de verdad que los periodistas de las series a los periodistas de verdad.

Dentro vídeo 2:

Aquí tenemos 150 segundos de Periodismo directo al cráneo que nos permiten obtener la segunda conclusión: Pocos periodistas salen bien parados, quizá tan solo CJ, la titánica jefa de prensa de la Casa Blanca en The West Wing. 

Dentro vídeo 3

Nadie nunca ha explicado mejor en 59 segundos el proceso de elaboración de un periódico. Y su final. Esa pátina de realidad y de humildad que nos muestra la hoja del periódico dispuesta para recoger los excrementos de un pájaro en su aula describe el ánimo de la serie ‘Lou Grant’. Nacida en 1977, es la referencia sobre series de televisión donde el trabajo duro se combina siempre con el compromiso ético. Y aquí aparece la tercera conclusión, que es una pregunta: ¿Cualquier serie de Periodismo de un tiempo pasado fue mejor?

Dentro vídeo 4:

Quizá ya en el siglo XXI, con la importancia de Twitter y los diarios on line, con la posibilidad de establecer comunicación y fijar fuentes informativas a través de Whastapp, permita producir La Serie Que Nos Faltaba. El escenario, una vez más, la Casa Blanca. Los protas, los políticos de siempre, pero para la primera temporada, el punto de ruptura lo vamos a aliñar con una periodista. Quizá sea Zoe Barnes, desde el lado oscuro, la perfecta decisión de lo que no tiene que ser ni el Periodismo ni los periodistas. Lo que nos permite, en cuarto lugar, llegar a la siguiente conclusión: Cuando no te funcione la trama, siempre puedes recurrir a un periodista y asesinarlo, porque estás matando La Verdad. A partir de aqui ya puedes contar lo que te dé la gana.

Dentro vídeo 5:

The Newsroom. Anunciada como la serie ‘comme il faut’, se convierte en la entrega perfecta para dejar de ver al primer capítulo y leer un buen libro. Eso sí, la escena inicial queda pomposa. Lo que nos lleva a la quinta conclusión: No te fíes de una serie de Periodismo en la que el medio dispone de helicópteros para cubrir sus noticias. Trasladado a España, es más de ciencia ficción que el Episodio I de Star Wars.

Dentro vídeo 6:

¿Hay esperanza? Recurramos a una entrevista de Pedro de Alzaga a David Simon, creador de The Wire:
La quinta temporada  de The Wire explicaba básicamente todo lo que quería explicar, que era que la gente que lleva los periódicos ya no respeta su propio producto ni las comunidades que supuestamente debe cubrir. Ellos han venido a valorar su propia importancia sobre el trabajo, a dominar la cultura del precio, así que son cada vez menos esenciales para sus ciudades. Queríamos dar a entender que el periódico se perdió todas las historias importantes: el alcalde que hace trampas con el presupuesto, con las pruebas escolares, que manipula las cifras de delitos, que oculta las guerras de la droga…. ¿Ha visto usted las cuatro temporadas previas de ‘The Wire’?
-Sí.
-Pues todas y cada una de las historias importantes que aparecen en la serie no fueron apenas cubiertas por los periódicos, porque eran demasiado débiles para hacerlo adecuadamente. Si alguien que viera la serie creyera que eso no puede suceder porque el perro guardián habría ladrado, que sepa que el perro guardián ya no tiene dientes. Y esto es lo que queríamos explicar en The Wire.

Así que ya tenemos la siguiente conclusión, la sexta: “El perro guardián ya no tiene dientes”. El perro guardián es el Cuarto Poder, el Contrapoder, la Prensa. Pero ya no ladra, viene a decir David Simon: Ya no tiene siquiera dientes para morder.

Queda la última conclusión. Me sorprende que cuando las series de televisión quieren ser realistas, fieles, leales con el viejo oficio, giran siempre hacia lo local. Lou Grant trabaja en un gran periódico pero es el responsable de la sección Local. The Wire se basa en el periódico local de Baltimore. Y en España, en cada una de las provincias y regiones son los diarios locales los líderes en su ámbito de influencia. 

La conclusión es directa: No busquen al perro guardián en una serie de la tele, bajen al kiosco, compren un periódico local y tengan cuidado de que no le muerda con sus colmillos 😉 Que los seguimos teniendo, y bien afilados para meter a los malos entre rejas. Tal y como hace nuestro querido alter ego, Jimmy McNulty.

(*) Javier F. Barrera. Es periodista en Vocento, en Ideal de Granada. Puedes seguirle en Twitter en @juanlarzabal

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