"El pecado de los grandes medios es pensar que la sociedad está a su servicio"

Escrito por1001 Medios

27 May, 2012

Vicios y virtudes de los periodistas para sortear la crisis y crear un nuevo escenario de superviviencia
ACTO DE APOYO A EGUNKARIA
ENTREVISTAMOS A: Martxelo Otamendi, director de Berria.
IRA: Dícese de la pasión del alma, que causa indignación y enojo. Apetito o deseo de venganza. Furia o violencia de los elementos. Repetición de actos de saña como venganza.
EN LOS MEDIOS: Una forma de reaccionar que achaca los males a los otros, que no reconoce los errores y que reacciona de forma desmesurada e incumple la máxima del Periodismo de “ser fuerte con los fuertes y débil con los débiles”. Es lo contrario a la autocrítica.
¿Te parece la ira un pecado, un pecadito?
No sé si es grande o pequeño, pero es intrínseco. Sobre todo en el caso de los grandes medios de comunicación: suelen decir “esto es así” y si no es así, no pasa nada. La próxima vez pueden decir justo lo contrario. No suelen jugar con humildad muchas veces. Piensan que la sociedad está a su servicio en vez de ser ellos los que están al servicio de la sociedad. Eso no puede ser.
¿Estás de acuerdo con que los medios padecen ira, tal y como la hemos definido?
Si en los medios hay ira es porque en la sociedad también la hay. La prensa escrita, por ejemplo, siempre ha tenido una sección para reconocer sus errores, pero la lista de fallos es la falta más pequeña. En el caso de otros errores (como los de interpretación o el no acercarse a algunos temas), tratamos de enmendarlos, pero no se hace una confesión pública. A la hora de tratar temas, muchos se nos han escapado o hemos llegado tarde. Esos errores no se reconocen públicamente, simplemente se cambia de dirección.
¿Se te ocurren ejemplos de ira en los medios?
Llegar tarde a algunos ámbitos de la sociedad, por ejemplo. Nos hemos acercado tarde a la violencia de género. En las líneas editoriales hay errores estructurales, que corresponden a las previsiones, pero que están relacionados con la sociedad: no existe la misma concienciación sobre la violencia de género hoy en día que hace 15 años. Nosotros, seguramente, hemos ayudado a que no existiera esa concienciación por omisión y ahora estamos ayudando con la acción. Pero hemos sido precursores a la hora de informar a nivel de Euskal Herria.
¿Algún antídoto?
Cuanto más pequeño, más fácil seguramente. Cuanto más grande, más orgulloso y más fácil creer que eres el ombligo del mundo. El éxito no es el mejor compañero de viaje de la humildad, pero tiene remedio si los profesionales somos conscientes. En los medios de comunicación pequeños es más fácil porque tenemos menos tentaciones. El pecado es tentación. En el ámbito de los pecados, los grandes lo tienen más difícil porque tienen influencia. Pueden acabar con un Gobierno o entrenador de fútbol y luego cuentan sus cadáveres: “Yo logré la dimisión de éste”.

¿Y el camino a la absolución?

Mostrar humildad ante los demás y reconocer los errores. Me pongo en la piel del director de un gran medio de comunicación y si tienes la oportunidad de echar un presidente, lo haces. Nixon y Watergate, por ejemplo. Luego dirás que lo haces por la democracia, por la pureza del sistema, aunque lo hagas por darte una satisfacción. Nosotros no estamos a ese nivel. Tampoco tenemos esa vocación. Lo nuestro tiene más relación con la educación o con el idioma.
¿Cuál de los siete pecados has cometido más?
La gula. Siempre he tenido la vocación de tener un gran medio de comunicación. Mi vocación es que nuestro medio de comunicación, y todos los medios de comunicación en euskera, sean grandes. Si somos pequeños es porque no nos queda otro remedio. No hemos conseguido desarrollar un antídoto contra la pereza en nuestro medio. La ambición es necesaria, pero con medida y con respeto. La ambición de querer ser los mejores, pero eso también conlleva el peligro de caer en el pecado: si te hinchas demasiado no eres capaz de reconocer tus errores, te vas a la ira. Al ser pequeños no tenemos la capacidad de echar a un presidente, pero me gustaría poder vivir esa situación.
¿Cuál es el pecado más disculpable? ¿Y el más horripilante?
La gula, si se hace con la vocación de favorecer una causa, es perdonable. En nuestro caso, por ejemplo, querer una web sólida, una televisión sólida, una radio sólida o una productora de cine sólida para promover el desarrollo del euskera. Todos pueden decir que lo hacen con vocación de servicio, pero algunos se están forrando en el camino. En Guipúzcoa la empresa que más ha ganado por trabajador durante años ha sido un medio de comunicación. Los periódicos más influyentes son máquinas de hacer dinero. La lujuria no es perdonable, es el peor pecado: querer dinero, poder, interés y autoridad. La pereza tampoco tiene perdón porque está en nuestras manos.
EL PROYECTO
‘Los 7 Pecados capitales del Periodismo’
– El primer post: ‘Las locuras de Zuzeu y los 7 pecados de los medios de comunicación
– La presentación del Proyecto: ‘Los 7 Pecados del Periodismo
– La Pereza: “Somos demasiado indulgentes”, según Ícaro Moyano.
– La Envidia: “Es un privilegio ser periodista. Es un regalo«, según Ana Alfageme.
– La Lujuria: “Nacerá una nueva generación de medios en tres años”, según Marta Peirano.
– La Avaricia: «Nos preocupa perder la conexión con los lectores«, según Arantzazu Zugasti.
– Proponemos #Pecadismo como etiqueta en Twitter.

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