Cuando los políticos dicen que algo se ha comunicado mal, es frecuente que eso signifique realmente que ese algo se ha hecho mal.
También resulta frecuente escuchar que se ha comunicado mal la idea de Europa. Es posible que los ciudadanos europeos hayamos recibido mal la idea de Europa en las últimas décadas y por ello, a la primera crisis de cambio, ésta empiece a flojear. Pero ¿tiene verdaderamente la culpa de ello la comunicación?
Esta reflexión, traida casi al alimón por Ignacio Escolar y Juanlu Sánchez, fue una de las muchas que se pusieron el pasado fin de semana sobre la mesa de PEredes, un encuentro de blogueros reunidos en Córdoba por la oficina española del Parlamento Europeo para potenciar la imagen de la Unión en internet.
El diagnóstico, al que se dedicó buena parte de la mañana resultó bastante crítico: Europa queda lejos, nos parece un cementerio de elefantes políticos, los partidos defienden sus causas nacionales por encima de las europeas y, para colmo, no hay gobierno ni oposición, lo que dificulta entender el juego político.
Pau Solanilla, ex asesor de la secretaría de Estado para la Unión Europea, plasmó algunos males más en su alocución inicial, en la que presentó el proyecto europeo como «agotado de ideas» en el que el ciudadano «no percibe liderazgos», «falto de credibilidad» y carente de una «ética y una épica» que apuntale los objetivos.
Con este panorama, la comunicación parecía el menor de los problemas.
No obstante, en la sala había un ejército de cerebros notablemente bien amueblados -y magníficamente atendidos y organizados por Matina Magkou, debemos añadir- para lanzar las ideas que permiten calificar la cita cordobesa de éxito, si de lo que se trataba era de dar los primeros pasitos para acercar el Parlamento Europeo a la ciudadanía.
Más allá de la espiral del conocimiento y las ideas de Pilar del Castillo sobre la neutralidad en la red (opina que las operadoras deberían ser quienes velasen por ella, puesto que son quienes nos dan acceso) o sobre Wikileaks (donde llegó a comparar el hacer públicos los cables de las embajadas norteamericanas con el hecho de que un hospital diera publicidad a los historiales médicos de sus pacientes, como si fuera comparable) o de las dificultades para acceder a una red wifi en el entorno del Parlamento Europeo, explicadas por Salvador Garriga, fue especialmente gratificante descubrir que el Parlamento Europeo tiene un plan para comunicar en internet: coherente, planificado, bien enfocado, que avanza y que Bárbara Quílez desmenuzó magníficamente en esta presentación, que fue el eje de una de las ponencias más gratificantes de la jornada.
También entre los mejores momentos del fin de semana estuvo la intervención de Laurence Modrego, conocida en la red como la Europasionaria, quien lanzó una de las grandes cuestiones del día, al sugerir que Europa debería comunicar en las redes sociales «como una persona y no como una institución». ¿Es esto adecuado?, se preguntaron en la sala. Parece clara la necesidad, en cualquier caso, de definir el estilo comunicativo de Europa en internet, aunque de lo que no hay dudas es de que, como institución o como persona, dialogar es lo más importante en la red.
El debate, siempre abierto y constructivo, da para mucho más que para una jornada de trabajo. Eso sí, PEredes sirvió para constatar que el camino se ha iniciado, que desde Europa están escuchando y que este debería ser el comienzo de una Europa más cercana.
Eso sí. Cuando Europa esté más cerca, esperemos que se comunique bien ; – )
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