El día que la prisa mató a la reflexión

Escrito porJuanjo Ibanez

6 Nov, 2011

¿Tiene sentido correr? ¿A dónde nos lleva la velocidad? ¿Merece la pena ser el primero? ¿A cualquier precio? ¿Pensamos en las consecuencias de la velocidad?
Todas esas preguntas nos hacemos tras leer una breve reflexión vista en el blog de nuestro padrino y ‘paridas’ de ese cráneo privilegiado que es Ramón Lobo. Las empresas de información luchan por posicionarse en un mundo de lobos y si bien Hobbes dijo aquéllo del homo y el lupus, en la subespecie periodística del homínido damos un paso más.

No hay que ser un premio Nóbel de Física para saber que en la era de la información vivimos más desinformados que nunca. La infoxicación actúa como un virus informático que se encarga de borrar nuestros teras de memoria y los sustituye por pequeños archivos, casi como cookies, que se autodestruyen a la misma velocidad que un tweet desmiente al anterior. El corto plazo se nos pierde entre mapas, infografías e informaciones de un recorrido nanoscópico. ¿Dónde queda la reflexión? Esa era también una de las virtudes que adornaban el trabajo periodístico. Parece que huyó antes de ser sometida a un ERE.
Echemos el freno. Dejemos que el que quiera correr que corra. Allá él. Pero no hagamos del Periodismo otro de los numerosos productos de usar y tirar con los que pretenden hacernos la vida mejor, a cambio de convertirnos en meros replicantes.
Actualización: Ya no somos los periodistas los único que nos equivocamos por correr. Los usuarios se han visto contagiados por esa nociva prisa. El ejemplo nos lo ha dado hoy Javier Solana, quien ha matado a Ariel Sharon el cuál, a pesar de llevar más de 5 años en coma, aún no ha decidido partir hacia el otro barrio.

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