Sin preguntas, no hay cobertura. Y sin compromiso, no hay soluciones. El profesor de Ciencia Política y colaborador en varios medios de comunicación Antón Losada denunció el pasado sábado en Twitter la falta de debates, las comparecencias sin preguntas y las declaraciones pregrabadas. «Pero luego nos quejamos de los políticos», añadió. Encendió así la conversación que, bajo la etiqueta #sinpreguntasnocobertura, parece haber sacado a la profesión de uno de sus letargos. Por algo se empieza.
Con él iniciamos una serie de entrevistas a varios protagonistas de este debate en la red, en el que está en juego gran parte de nuestra credibilidad y del derecho de todos a una información libre y de calidad. Bienvenidos al Club de los Preguntones.
¿Cómo se puede aceptar que se niegue la posibilidad de debatir en una campaña electoral? ¿Por qué lo hemos acabado aceptando como sociedad?
Porque hemos asumido como normal que la información está al servicio de la estrategia de los partidos, y no acabamos de creernos que es nuestro derecho y su deber.
¿Por qué le llamamos rueda de prensa cuando a veces quiere decir comparecencia? ¿Deberían, quienes las ofrecen, advertirlo?
Debería corregirse de inmediato. Son comparecencias, no ruedas de prensa. Debería exigirse que se advierta. Es un timo.
Nos quejamos de que no nos dejan preguntar, pero en muchas ruedas de prensa hay silencios. ¿Estamos dormidos?
Los propios medios han ido interiorizando que son tablones de anuncios donde la gente cuelga sus mensajes. A eso sumemos la precariedad y la urgencia con la que trabajan muchos profesionales. No es que no pregunten, es que tienen que ir a otra rueda de prensa.
¿Cómo se evita caer en la tentación del periodismo declarativo?
No hay que evitar nada. Solo hay que volver a los básicos del oficio, aclararle a la gente cuándo es información y cuando es opinión. No hay nada de malo en opinar. Lo denunciable es hacerlo sin reconocerlo.
¿Por qué cuando los periodistas insisten ante una evasiva se entiende como un ataque?
Porque hemos asumido que la respuesta es una opción del político. Hemos de recordar que es un deber. Que no vale «usted pregunte lo que quiera y yo contestaré lo que me de la gana».
¿Es suficiente con notificar al lector/oyente/espectador que los contenidos que ofrecemos son proporcionados y editados por la fuente? (Señal de vídeo realizada, declaraciones grabadas, etc.)
Es lo mínimo. Lo ideal sería rechazar ese tipo de prácticas y reducirlas a la mínima expresión.
¿Cuánto urge una ley de transparencia informativa?
Para ayer.
¿Es compatible salvaguardar unos intereses políticos o empresariales y ser transparente? ¿Qué papel deben jugar los periodistas que trabajan para partidos o empresas?
La transparencia es lo que lo hace compatible. Lo que debemos exigir es que los medios sean claros en sus posicionamientos, en su estructura de propiedad, en su linea editorial. Los periodistas deben defender su criterio profesional, como lo hacen los abogados o los economistas que trabajan en esas empresas.
Si se acordara algún tipo de medida en el seno de la profesión para evitar las ruedas de prensa sin preguntas, ¿tienes confianza en que se cumpliría?
Esta vez sí. Creo que la cercanía de las elecciones es una gran oportunidad que la profesión no debe dejar pasar.

LOS POSTS DE LA SERIE:
1.-El único periodista de la rueda de prensa, por Juanlu Sánchez
2.-El Club de los Preguntones, por 1001 Medios
CRÉDITOS:
Una entrevista de @Jonlaiseca