Hemos matado a Manu Leguineche. Contra su voluntad y sin preguntarle. Lo hecho no tiene disculpa, pero tampoco motivos ocultos. Citando a otros, pero sin contrastar. Esto no es Periodismo, es un error de los buenos, uno de esos que te hacen bajar un escalón de credibilidad.
Asumimos nuestra culpa y agracedemos a Enrique Meneses, el más sabio del lugar, que haya acudido a la fuente. Siempre nos enseña algo, aunque nos parezca a veces que no hace falta.
No se trata (y sí) de Twitter, sino de ansiedad informativa: si cada uno de nosotros tuviéramos un medio de comunicación para nuestro uso y disfrute también habría habido ‘urgentes’ en portada.
Parece mentira, pero nos pierde ser los primeros en informar. Todavía. Así que, seamos profesionales, evitemos el flagelo y la tentación de compartir la culpa con posts vacíos. Y, sobre todo, no volvamos a repetirlo. Lo sentimos. Y punto.
En 1001 Medios hemos abierto un debate en el que estamos analizando los usos de Twitter en el Periodismo para evitar este tipo de errores en cadena.
Pero hoy no hay excusas. Pedimos perdón a todos nuestros seguidores y a Manu Leguineche.
MÁS INFORMACIÓN
.-Lee el post ‘Las prisas matan a Manu Leguineche’, vía 233grados.com
.-‘Vergüenza’, por @perezromera
.-‘Los peligros de Twitter’, en La Vanguardia
.-‘Causa de la muerte: Twitter’, por @Delia2D
CRÉDITOS
La fotografía la hemos encontrado en Google, pero no al autor, a quien agradecemos el trabajo y a quien nos gustaría, por supuesto, citar e invitar a unas cañas.