Hemos visto un gran crecimiento del Periodismo de datos con más gráficas, más mapas y mejores análisis, nuevas formas de sortear el aislamiento del confinamiento (esas conexiones y entrevistas por Skype o Zoom a todas horas…) y cambios sutiles (y no tanto) en la manera en la que las fuentes institucionales se comunican y expresan. Pero entre tantas curvas, gráficos, análisis y mapas, también ha destacado un formato más humano: el recuerdo de las víctimas de la Covid-19. Los obituarios siempre han estado presente en los medios y muchas veces han sido auténticas joyas periodísticas. La pandemia ha sido una buena ocasión para profundizar en este formato.
El aislamiento provocado por la pandemia y las estrictas medidas sanitarias han provocado que muchas personas no pudieran despedirse de sus seres queridos de la forma apropiada. El ser humano necesita vivir el proceso de duelo, tener tiempo para decir adiós. Es una de las formas que tenemos para afrontar la muerte. Entre tanta curva, cifra y gráfico, muchos medios han sentido la necesidad de proporcionar ese espacio de duelo y recuerdo a las víctimas del coronavirus y han creado innovadores ejemplos de los clásicos obituarios.
El Lab de RTVE lanzó el 6 de abril un proyecto interactivo, el “Memorial del coronavirus” ,que permite dejar un mensaje por escrito dirigido a una persona fallecida en la pandemia. Con la sencillez y utilidad de un formulario, el Lab ha sabido ofrecer un formato periodístico con una alta capacidad de interacción con los usuarios, un espacio en el que los lectores se convierten en autores para poder volcar sus despedidas. El memorial de RTVE contó con expertos en duelo para conseguir hacerlo algo «tangible», que proporcionara alivio a los allegados. Según nos cuenta Daniel Borrego, uno de los periodistas del Lab que ha formado parte de este proyecto, un equipo de cuatro personas se ocupaba de recibir las despedidas.
En las primeras semanas de funcionamiento, la base de datos se actualizaba tres veces al día de lunes a domingo. Los redactores del Lab retocaban los mensajes, aseguraban la privacidad de los datos y contrastaban todo lo necesario en contacto con las familias. Además de cuidar la intimidad de los usuarios, se intentó en todo momento que el diseño fuera muy ágil, sencillo e intuitivo para que dejar un mensaje estuviera al alcance de todo el mundo.
Los contenidos generados por el “memorial del coronavirus” se han extendido en las redes sociales con un formato multimedia: un pequeño montaje con fotos de la persona recordada que desde el Lab pidieron a los familiares, a los que también se les solicitó un audio con un mensaje de despedida. A principios de junio el proyecto ya había recibido 1.600 mensajes.
Aunque la producción de este webdoc ha corrido a cargo del Lab, el proyecto se ha considerado un compromiso de todo RTVE y se ha realizado un trabajo colaborativo con otros equipos que ha culminado con la emisión del documental de «Crónicas»“No te dije adiós” , donde doce familias compartieron sus historias sobre los seres queridos que han perdido y no han podido despedirse.
Desde el Lab de RTVE nos confirman que este proyecto va a seguir abierto, con todas las cartas disponibles y con el correo habilitado por si algún familiar quiere rectificar algún dato. Lo único que va a cerrarse es la recepción de cartas en cuanto acabe el estado de alarma. El «Memorial del coronavirus» ha recibido un total de 70.392 usuarios únicos totales y un total de 276.000 visualizaciones.
Daniel nos reconoce que el proyecto ha sido «duro, sobre todo cuando conoces las historias y ves los nombres y apellidos de las víctimas» pero también muy gratificante por su labor de servicio público. En RTVE han recibido cientos de mensajes de agradecimiento de las familias durante todos estos meses.
Esta despedida colaborativa, como la denominan sus autores, es uno de los ejemplos que podemos encontrar de memoriales en medios españoles pero no es el único. Diarios como El Español o proyectos ajenos a medios de comunicación como Memorial 2020 han reflejado también ese afán por no olvidar.
En 1001 Medios ya nos hicimos eco de la revolucionaria portada de The New York Times del 24 de mayo dedicada íntegramente a recordar los nombres de algunas de las 100.000 víctimas que ha sufrido EEUU. Simone Landon, una de las editoras gráficas responsables del proyecto, apunta a que habían detectado en periodistas y lectores un “cansancio” ante la avalancha de datos que había provocado la pandemia y que un simple gráfico no era capaz de recoger quiénes eran las víctimas y cómo habían sido sus vidas. Así que iniciaron una investigación a través de obituarios publicados en redes sociales y prensa local para encontrar fallecidos a lo largo y ancho de EEUU y poder reconstruir y ofrecer un pequeño detalle de sus vidas. No es la primera vez que el Times realiza un obituario colectivo de este calibre. En sus “Portraits of Grief” de 2001 ya marcaron un hito, que les valió un Pulitzer, al rendir homenaje a todas las víctimas del 11-S y sus familias.
Otro gran diario norteamericano, The Washington Post mantiene activo un proyecto interactivo similar al de RTVE, “A Token of our love”, un espacio donde dejar un mensaje de homenaje a la persona fallecida, que completa otro extraordinario obituario: “The Face of the Dead” donde se aspira a contar “cómo vivieron” las víctimas de la COVID19. Un reportaje que se actualiza constantemente y que intentar trazar una historia colectiva de la diversidad de las víctimas norteamericanas y “lo que perdimos” con su muerte.
En el primer país golpeado por la pandemia, China, encontramos otro muro de duelo elaborado por CGTN, la cadena internacional “oficial” china, donde se recogen las historias de vida de una treintena de víctimas, con una especial dedicación a los sanitarios fallecidos en primera línea. Un proyecto sobrio, en el que la primera víctima reflejada es el doctor Li Wenliang, un oftalmólogo de Wuhan que intentó alertar del brote a finales de diciembre y que fue censurado por las autoridades chinas.
La muerte de Li, tras contagiarse atendiendo a enfermos de coronavirus, provocó un duelo nacional en China y una ola de indignación en las redes sociales, y convirtió su figura en una especie de “mártir” de la pandemia.
Todos estos memoriales han demostrado la fuerza de la interacción para superar un duelo colectivo y, sobre todo, la capacidad de periodistas de medio mundo para saber detectar ese pequeño detalle, esa chispa que convierte cada vida en algo único, algo que merece ser recordado
0 comentarios